¿PRFV o Acero?
El PRFV (Plástico Reforzado con Fibra de Vidrio) es un material compuesto (composite), formado por una matriz de plástico o resina reforzada con fibras de vidrio. Frecuentemente se le denomina con las siglas GFRP (Glass-Fiber Reinforced Plastic), GRP (Glass Reinforced Plastic), o de manera más informal, «fibra de vidrio».
El PRFV se ha ido imponiendo desde los años 60 frente al acero en algunos sectores y aplicaciones dependiendo de sus funcionalidades y requerimientos físicos y químicos. Las ventajas más claras del PRFV frente al acero son:
1. Baja densidad
La densidad del PRFV está entre 1.8 y 2.0 Ton/m3 dependiendo del porcentaje de fibra frente a resina y de la composición de éstas. Recordando que la densidad del acero es de entre 7.85 y 8.0 ton/m3, éste es 4 veces más pesado que el Plástico reforzado con Fibra de Vidrio. Este incremento de peso va en detrimento de la facilidad de manipulación y de capacidad de transporte. En el primer caso implicará mayor mano de obra para prefabricar y montar los elementos, así como el uso de maquinaria no necesaria para el PRFV. La segunda desventaja es el aumento de coste en el transporte tanto de la materia prima como del producto elaborado (escaleras, barandillas, cubiertas, tramex), con su consiguiente mayor impacto medioambiental. Como ejemplo, en un contenedor de 20” entran cuatro veces más trámex de PRFV que de acero.
2. Bajo mantenimiento y alta durabilidad
La alta resistencia a la agresión de los diferentes agentes químicos da al PRFV una alta durabilidad. Efectivamente, el Plástico Reforzado con Fibra de Vidrio es inerte en muchas circunstancias y no necesita de mantenimiento para soportar ambientes altamente agresivos (estaciones de tratamiento de aguas potables, depuradoras, industria alimentaria y textil, ambientes salinos, etc). Esto implica un menor coste de mantenimiento frente al acero al carbono con protección mediante galvanizado o pinturas. Es decir, no es necesario repintar ni re-galvanizar una escalera de PRFV a los 5 años en ambientes marinos, como si ocurre con al acero galvanizado o pintado
3. Facilidad de montaje
Ya hemos comentado que el PRFV pesa una cuarta parte que el acero y que, por consiguiente, es mucho más manejable. Pero, además de eso, hay que señalar que el PRFV es muy fácilmente moldeable, pudiendo adquirir formas complejas a precios muy competitivos en una sola pieza. Por otra parte la especialización necesaria para el montaje es baja, ya que las herramientas no son especializadas. No necesita grupo de soldadura ni plasma ni, normalmente, grúas u otros sistemas de elevación mecánicos. El equipo habitual de montaje es una radial, llaves inglesas, taladros y buena actitud.
4. Precio
El precio por kg del PRFV es inferior al del acero inoxidable. Aunque es superior al del acero al carbono galvanizado o pintado, al tener una densidad de un 25% la del acero, el precio final por pieza (que incorpora precio unitario por kg y peso por pieza) acaba siendo inferior al del acero galvanizado más barato. Como resumen, una escalera de gato de Plástico Reforzado con Fibra de Vidrio de 2 metros de alto es claramente más barata que una de inoxidable y algo más barata que la de acero al carbono.
5. Aislante térmico, acústico y eléctrico
El comportamiento del PRFV como material no conductor le hace un perfecto candidato en Centros de Transformación, subestaciones eléctricas y otras aplicaciones con riesgos eléctricos